sábado, 26 de diciembre de 2015

Antes solía pensar que lo peor del mundo era abstenerse de hacer las cosas, vivir con la duda del "qué hubiera pasado si...".
Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que, en ocasiones, es mejor dejar morir algo que ni siquiera ha nacido. No consumar algo, pues muchas veces la belleza se pierde. En ocasiones es mejor mirar, sólo mirar, sólo imaginar, completar con la mente una historia que quizás pudo suceder, claro, las posibilidades son enormes cuando se habla de cuántica.
Me maravilla la idea de que existan universos paralelos en los que todas las posibilidades dentro del rango de lo imaginable, es decir, respetando las leyes naturales, puede suceder.
Aunque, a pesar de esto, el número de probabilidades existentes en los distintos universos es menor que un gúgol (un gúgol es un número, un uno seguido de cien ceros).
Las distintas posibilidades de, digamos, lo que esté a mi derecha -justo ahora es un peluche-, en algún otro universo podría ser un máximo de 10 elevado a ochenta. Es decir, un uno con ochenta ceros.
Y las posibilidades de que sea mi oso de peluche, o una almohada, o mi gato, o tú, carajo. O tú... Son de 1/ 10⁸⁰.
Qué jodido, ¿no?
Aquel universo en el que estás aquí junto a mí, está demasiado lejos. Pero me tranquiliza pensar que, al menos científicamente -y respaldando mi ateísmo-, es verdad, tú estás aquí junto a mí y, quién sabe, tal vez en algún otro universo tú me amas aunque sea un poquito.
Pero bueno, sé que la física teórica y cuántica suele ser algo difícil de comprender para algunas personas.
¿Qué tan improbables son mis sueños? No hablo de que se cumplan en otro universo, pues ya sé cuántas son las posibilidades. Yo quisiera saber si tengo un mínimo chance de lograr lo que quiero. Porque sí, la vida es tan cabrona y el futuro tan incierto que incluso hay veces en que no quiero ni levantarme de la cama porque... Bueno, porque no encuentro un porqué.
Pero eso qué más da ahora, el peluche sigue junto a mí cuando la otra "yo" de algún universo paralelo está siendo abrazada por alguien y, quién sabe, tal vez está feliz.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

¿Cómo saber si los sentimientos de alguien son verdaderos? A veces la desconfianza es la mejor opción para protegerse del dolor, pero también es una barrera que impide que, quienes realmente desean hacerte sentir especial, se acerquen a ti e intenten curar tus heridas.
 Pero quién sabe por qué, fijamos siempre la mirada a aquellas personas que suelen ser las que mienten, o las que no valoran lo que, con cariño y esfuerzo, se les da.
Y la vida es tan cabrona que siempre te pone enfrente a alguien que te ama y te aprecia, pero el sentimiento no es recíproco y aquí venimos de nuevo con esa cadena de odio. ¿No sería más fácil amar a quien nos ama? Dejar de sufrir de una vez por todas y... Ya.
Aunque claro, sé que eso es imposible. Está científicamente comprobado que los seres humanos somos tan imbéciles que nos sentimos más atraídos por lo imposible, por lo inalcanzable, por aquello que difícilmente podemos tener.
No entiendo por qué mi interior prefiere llorar en un rincón, con el maquillaje corrido, con el corazón en la mano, sufriendo por alguien a quien en realidad no le importa nada más que sí mismo, alguien que hace que parecer que me quiere, pero que sólo quiere satisfacerse a sí mismo sabiendo que me tiene comiendo de su mano. Es un martirio pasar así los días, encerrada en una jaula que mi propia mente ha construido. Es un maldito efecto bola de nieve.
Más le quiero, menos le importa; más le busco, menos tiempo tiene; más le hablo; menos responde.
Estoy cansada de buscar cosas donde no las hay y de esperar algo bueno de los demás cuando este mundo está lleno de decepciones.
Y es difícil confiar en alguien cuando tienes el corazón roto.

martes, 22 de diciembre de 2015

Veintitrés de diciembre, y no siento la Navidad cerca. Mañana es Nochebuena, y todo se siente tan normal.
No, no es por mi ateísmo. El espíritu navideño en casa desapareció hace varios años, pero... No sé. Quién sabe qué sucedió este año, pero las cosas están cada vez más jodidas.
Recuerdo cuando era niña y mamá ponía los obsequios bajo el árbol y no sabía lo que eran, y no podía abrirlos y las ansias, la emoción y la euforia duraban todo el mes de diciembre.
Ahora, con suerte me levanto de la cama antes del mediodía para ver la sala de estar vacía y sin luz. Hay un árbol ahí, sí, pero sólo el árbol. Se siente como un adorno más al cual ignorar.
No es que no me guste la Navidad, es que siento demasiada hipocresía en estas fechas. ¿Por qué esperar todo un año para pasar tiempo con la familia, darles un regalo y convivir armoniosamente? ¿Por qué esas cosas no se hacen cotidianas? Sí, me gustaría que fuera Navidad todos los días. Así, las familias estarían más unidas y... Bah. A quién carajo quiero engañar.
Creo que no me queda más que unirme al colectivo de la hipocresía y la mercadotecnia. Esto ha hecho el capitalismo con nosotros, ha tergiversado bastante la concepción social de "convivencia", "armonía" y demás.
Supongo que esto es algo que lleva años así, pero uno se hace un poco mayor y entonces puede entender cosas que de pequeño no veía.
Creo que eso me sucedió, ahora entiendo a la mayoría de los adultos. ¿Así se siente madurar? Quisiera ser siempre una niña. Quisiera dejar de preocuparme por nimiedades, disfrutar mis días y levantarme sin importar cuán cansada, triste o destrozada esté.
¿Por qué tenemos que crecer?

Viajo en el autobús, mirando por la ventanilla. ¿Cómo explicarlo? Me gusta sentarme hasta atrás, pues es donde va más vacío, disfruto de viajar sola. Aunque sí, mamá dice que la ciudad no es segura y que debo sentarme adelante, y, si es posible, acompañada. Pero no me gusta. Nunca he sido del tipo de personas que disfruta demasiado de la cercanía de personas extrañas. No quisiera dar demasiados detalles, pero una vez que veo la tinta manchar el papel, doy rienda suelta a mis pensamientos más profundos y los inmortalizo en el papel.
Este es el único lugar donde puedo depositar la letanía de mis pensamientos.
¿Cuándo es que todo comienza a joderse? En un momento estoy sentada ahí, jugando con muñecos, comiendo dulces, pintando dibujos con crayones, y de pronto... ¡bam! Yo, intentando eliminar las impurezas de mi rostro; yo, evadiendo mi reflejo en el espejo; yo, sonriendo sin ganas; yo, durmiendo dos o tres horas al día; yo, sin saber por qué coño me levanto de la cama; yo, con el corazón, o el alma, o lo que sea que tenga dentro de mí... hecho trozos.
Sé que, comparada con otras personas, mi vida puede describirse como fácil. Lo sé, tengo un techo dónde vivir, tengo alimento, tengo una familia. Sé que hay personas que la pasan peor que yo, pero no soy de aquellos que se regocijan de la desgracia, y que piensan podría ser peor. Porque sí, puede ser peor, pero justo ahora todo duele, y todo molesta, y todo está mal, y no me importa que los demás la pasen peor, justo ahora, yo misma no la paso nada bien.
Pasa el tiempo, lento y perezoso. Los días son monótonos y aburridos. Pero, me pongo a mirar atrás y ya casi se acaba el año, y ni siquiera lo vi pasar. ¿Tiene sentido? En realidad no mucho de lo que digo, pienso y escribo, lo tiene, La vida está llena de irracionalidades.
Creo que no hay nada peor me importan un carajo los demás, esto es lo que considero peor que no saber a dónde vas. No tener un sueño, un anhelo, una meta. Porque, aunque te encuentres sin nadie a tu alrededor, aunque sientas que todo está mal, que algo en ti va mal, si tienes un anhelo, no importa nada de eso. Algo te empuja a conseguirlo.
¿Cuenta como meta encontrar una meta?
Da igual.
En momentos como este, es cuando más necesito un amigo. Y no te ofendas, querido cuaderno. Tú has sabido escucharme como nadie, pero a veces hacen falta un par de palabras, un par de palmadas en la espalda, algo de compañía y risas. Y quién sabe por qué, pero yo siempre termino sintiéndome como la reemplazable, siento que no soy la mejor amiga de nadie, que si me voy, nadie se dará cuenta. Es tonto, es egoísta, pero es inevitable. Creo que no soy la única persona en el mundo en sentirse así. Quizás es algo normal.
Pero que sea normal,.. no significa que esté bien.